El arte de manejar las manos, de dosificar la sonrisa y de controlar la postura corporal son claves en la transmisión del mensaje político. El candidato nunca ha de olvidar tres elementos: hablar de su partido, de su programa y de sí mismo y además, debe cuidar al máximo la clave personal: quién soy yo y cómo me ve el elector, y detectar si hay disfunciones entre lo transmitido y percibido.
En definitiva, se trata de buscar rasgos que hagan al personaje más flexible, menos plano y más amable. En este sentido, José Luis Rodríguez Zapatero "ha hecho de la sonrisa, para bien o para mal, un elemento característico de su imagen, busca presentarse como una persona bien dispuesta, optimista..."
La seducción no verbal contiene básicamente estos ingredientes: postura corporal (algunas separan, otras acercan a los demás); control de los gestos (mirar el reloj en un debate delata nervios); la sonrisa ha de usarse con prudencia y, finalmente, las manos deben estar pausadas, de lo contrario restan protagonismo al mensaje.
En los últimos tiempos los políticos españoles han aprendido en el terreno de la comunicación no verbal y han desaparecido gestos excesivamente estereotipados.
Relacionado con la teoría crítica (en este caso con la teoría de Herbert Marcuse), podríamos decir que el político es el hombre unidimensional, un hombre que posee el control de todo, es autosuficiente y debe de mostrarse ante el público con seguridad, por ello, los políticos también están bajo presión, han estudiado unas técnicas y una serie de comportamientos para poder seducir al público y si no lo hacen corren el riesgo de que la sociedad no les crea.
De esta manera, Política y comunicación están estrechamente relacionados, tanto, que diremos que la política es cuestión de comunicación, en la que los mensajes generados por el líder político o por el partido, tienen que contrastarse con los mensajes que llegan de la realidad, es decir, de la economía, de los sindicatos, de los adversarios, del exterior, de la patronal, y de los distintos grupos sociales.
La publicidad está en medio del político y de su público, como dice Herbert ¨los mass media constituyen la mediación entre los amos y los seguidores¨.
Por otro lado, una campaña electoral siempre modificará la realidad, porque todo está calculado nada es por casualidad, nada fluye de manera natural, la realidad es manipulada para conseguir unos objetivos, una campaña siempre será pura estrategia publicitaria, algo ya pensado y estudiado, así, cuando los políticos estén comunicando en un meeting, estarán fundando una nueva realidad y modificando la anterior, de manera que su punto de vista sea el que convenza.
Al final, personalmente pienso que ya no se votará ni por las ideas ni por las ideologías, sino por quien ha conseguido caer menos mal, siempre por supuesto gracias a los mass media, de manera que quien domine los medios tendrá una gran ventaja.